lunes, 13 de febrero de 2012

Tú tienes la clave...



Nuestra apariencia dice mucho de nosotros. Y no precisamente hablo de moda. Más bien te pregunto: ¿A quién ves cuando te miras al espejo? Quizás te resulte algo extraño este planteamiento, pero sí, detente y obsérvate a ti mismo. ¿Qué piensas de ti?

Si nos basamos en estudios científicos, el tener una actitud agradable hacia nosotros mismos y por lo tanto, hacia los demás, establece una conexión positiva con nuestro entorno próximo y crea una mejor sintonía.

Los principios del coaching tratan de explotar el gran potencial que todos tenemos dentro. Ese potencial que hace que lleguemos a ser aquello que anhelamos. Para ello tienes que conectar contigo mismo. Esto que te expongo a continuación, te ayudará a tomar conciencia de ti mismo.

Haz la prueba y mírate a los ojos frente a un espejo. ¿Qué alcanzas a ver? Quizás el cansancio tras un día ajetreado, estrés, preocupaciones, alguna chispa de una buena noticia recientemente recibida o desasosiego... ¿Qué información te proporcionan tu gesto y tu mirada?

¿Qué te gustaría ver en lugar de lo que ves ahora? Ilusión, entusiasmo, ternura, amor por ti mismo, respeto, auto-estima... Tú tienes la clave de cómo quieres verte a ti mismo y de lo que quieres trasmitir mediante tus gestos y movimientos.

Prueba a realizar diferentes expresiones faciales: haz muecas, frunce el entrecejo, sonríe a medias, pon cara de tristeza, guiña un ojo, sonríe abiertamente ...

¿Cómo te ves mejor? Ya sé que no todos los días estamos para tirar cohetes, pero si ponemos de nuestra parte, cambiando la expresión facial saldremos de ese encallamiento y de esa cierta apatía, y lograremos mantener una actitud positiva.

Los ojos son el espejo del alma. La vida brota de ellos. Se iluminan y reflejan nuestras emociones. El ser humano tiene la gran ventaja de sentir y reflejar ingente cantidad de emociones. No somos bichos raros por el hecho de expresar nuestras emociones, sean las que sean.

Sigue mirándote a los ojos frente al espejo. Salúdate y háblate. Habla al Ser que eres. Ese Ser eres tú. Quizás lo tenías algo olvidado, pero ahí está, deseando manifestarse.

No busques excusas. La vida está llena de dificultades, ahora y siempre. Pero también está llena de buenas sensaciones, felicidad, autenticidad, ternura, entusiasmo y muchas más. Todas están dentro de ti ¿Quieres disfrutarlas? Está en tus manos.

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