sábado, 4 de febrero de 2012

Los machos se castran a sí mismos para ayudar en la procreación



Investigadores eslovenos y chinos descubrieron una especie arácnida cuyos machos se castran a sí mismos para ayudar en la procreación

Durante el coito, las arañas de la raza Nephilengys malabarensi se rompen su órgano sexual para que sus espermatozoides permanezcan dentro de la hembra durante más tiempo, incluso una vez que han terminado, aumentando así la probabilidad de conseguir descendencia. Además, de esta manera evitan ser devorados por su compañera.

La investigación, dirigida por Diaquin Li, de la Universidad de Singapur, estudió a 25 parejas de arañas mientras se estaban apareando. En el 12 % de los casos, el palpo (equivalente al pene en las arañas) se amputó parcialmente, mientras que en el resto se cortó entero.

Una vez observados los insectos, los científicos descubrieron que los espermatozoides continuaban su curso una vez acabado el coito. El macho se produce esta autocastración con el fin de salir indemne del acto y evitar que la hembra se lo devore, un sacrificio que les salva la vida. "Las hembras son muy agresivas y el 75% de ellas matan a sus parejas durante el sexo", afirma Li.

Asimismo, este peculiar suceso puede suponer también un sistema de protección para los varones, ya que, con su palpo en el interior de la hembra, evitan que otro macho se aparee con ellas.

La investigación aparece publicada en la revista Biology Letters.

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