jueves, 26 de enero de 2012

A pocos días de haber comenzado el año Europa recibió un nuevo golpe a su debilitada economía



Las calificadoras de riesgo volvieron al centro de la escena luego de que Standard & Poor's anunciara rebajas en la nota de nueve países de la Unión Europea (UE). Las malas noticias para el viejo continente continuaron con la baja en la calificación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y con el anuncio de perspectivas negativas para la región, las cuales podrían determinar nuevos descensos en el futuro cercano. Los países afectados expresaron su descontento por la decisión de Standard & Poor's al tiempo que intentaron minimizar su efecto. Lejos de las expresiones de tranquilidad existe un temor generalizado que el accionar de las evaluadoras acentúe el pesimismo en los mercados económicos y produzca significativas pérdidas. El nuevo traspié de la UE se da en momentos en que la eurozona evalúa la aplicación de un gravamen a las transacciones financieras que permita disminuir el accionar de los especuladores.

A pocos días de haber comenzado el año Europa recibió un nuevo golpe a su debilitada economía. Standard & Poor´s rebajó la calificación de nueve países de la zona euro. Las naciones afectadas por la medida fueron: Francia, Austria, Malta, Eslovaquia, Eslovenia, Italia, España, Portugal y Chipre. La calificadora justificó la medida de forma general afirmando a través de un comunicado: “Las acciones de hoy son fruto de nuestra creencia de que las iniciativas políticas tomadas por los líderes europeos en las últimas semanas pueden ser insuficientes para atajar totalmente el estrés sistemático en la zona euro”. El documento se refiere específicamente a la cumbre realizada en diciembre del año pasado que prometió soluciones definitivas para la crisis. En tal sentido Standard & Poor´s manifestó: “Los resultados de la cumbre europea del 9 de diciembre, y las consiguientes declaraciones de los líderes europeos, nos llevaron a creer que el acuerdo alcanzado no ha sido un paso suficiente ni tiene alcance para acabar con los problemas financieros de la eurozona en su totalidad”.

En términos concretos el golpe más duro lo recibió Francia que perdió la calificación óptima AAA que ostentaba. La noticia afectó de manera especial al país galo que junto a Alemania comanda las acciones para evitar la bancarrota de los países en crisis e intenta salvar al euro del fracaso. El primer ministro francés, François Fillon, pretendió desdramatizar la noticia afirmando que Francia esperaba la baja en la calificación, a pesar de ello reconoció que la decisión de Standard & Poor´s llegó en mal momento. En la misma declaración Fillon envió un claro mensaje al mundo de las finanzas: “Las agencias de notación no determinarán nuestras políticas ni nuestra agenda”. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, fue aún más allá en sus declaraciones contra las calificadoras afirmando: “No nos volvamos locos porque una agencia ha hecho un comentario u otro”, también aconsejó al resto de los países involucrados en el descenso de la nota “mantener la sangre fría”.

La reducción de la calificación también afectó a países severamente comprometidos por la crisis económica. Dentro de ese grupo se encuentran Italia, España y Portugal quienes fueron recategorizados como BBB+, A y BB, respectivamente. La reacción de las naciones perjudicadas no se hizo esperar. El gobierno italiano expresó que la rebaja en la nota refuerza su determinación de continuar por el camino elegido, al mismo tiempo señaló que Standard & Poor´s reconoció en su comunicado “la capacidad del Gobierno de formular y poner en marcha una política para hacer frente a la crisis, saneando las cuentas y adoptando medidas para el crecimiento”. En tanto que el gobierno español afirmó en un comunicado que la baja de la nota “es una herencia del pasado, igual que otras” y que su objetivo es “recuperar el potencial de crecimiento de la economía”.

Tres días después de la rebaja en las calificaciones Standard & Poor´s volvió a transformarse en el centro de la noticia. El lunes 16 de enero la calificadora bajó la nota del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). La decisión se apoyó en la pérdida del máximo status crediticio de Francia y Austria, dos de los países que sostienen el fondo de garantías del FEEF. A pesar del anuncio Klaus Regling, máximo funcionario del fondo de estabilidad, aseguró que “El FEEF tiene los medios para cumplir sus compromisos actuales y eventualmente otros, de aquí a la puesta en marcha del Mecanismo Europeo de Estabilidad en julio”. También desde la dirección del fondo se recordó que el FEEF sigue manteniendo la máxima calificación por parte de las otras dos grandes agencias, Moody's (AAA) y Fitch (AAA).

Las calificadoras de riesgo de deuda han incrementado su poder durante las últimas décadas de la mano de la expansión de los mercados financieros y su continua desregulación. La demostración más importante de su poder fue la rebaja de la nota de Estados Unidos en 2011. En un hecho histórico Standard & Poor's rebajó por primera vez en 70 años el status de la deuda de EEUU de AAA a AA+. El acontecimiento provocó el derrumbe de las bolsas de todo el mundo y causó niveles de pérdida semejantes a los de 2008. En el caso actual las bolsas no han reflejado grandes cambios a causa del descenso de la nota de los países europeos. La causa podría estar ligada al mantenimiento del status de las notas por parte de Moody´s y Fitch. A pesar de ello la susceptibilidad de los inversores ante malas noticias ha sido largamente probada desde el inicio de la crisis europea, cualquier nueva baja en la calificación de las deudas del viejo continente podría significar un paso más hacia la destrucción de la zona euro.

La instalación de las evaluadoras como nuevos factores de poder obedece a su creciente poder de influencia. Su accionar implacable a la hora de señalar la debilidad de los países con conflictos económicos suele tener repercusiones negativas en los mercados financieros. En cada oportunidad que señalan cambios negativos en las economías nacionales y regionales contribuyen a generar un círculo vicioso que magnifica las debilidades señaladas y produce nuevos daños. EEUU y posteriormente los países europeos han señalado su discrepancia respecto de los elementos de prueba que utilizan las evaluadoras para decidir las bajas en las calificaciones. Por tal motivo el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, realizó un llamamiento a la región a crear agencias de calificación europeas. La tentativa de Europa de neutralizar el poder de Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch se ve acompañada de la intención de establecer herramientas para regular los mercados financieros. Desde el Consejo de la Unión Europea se intentará en 2012 introducir una tasa a las transacciones financieras que serviría para frenar las especulaciones financieras.

El tímido intento por volver a regular determinados aspectos del mundo financiero se presenta como una reacción de algunos gobernantes ante la sensación de que las naciones han perdido la posibilidad concreta de manejar sus economías. Su éxito o fracaso será el resultado de la lucha entre los diferentes intereses que manejan la economía del mundo.

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