Albert Chillón y Lluís Duch exponen el problema de fondo de la "crisis de la palabra" presente en las sociedades occidentales
El "cinismo político", el "capitalismo feroz" y la "corrupción del lenguaje periodístico" se encargan de manufacturar día a día un neolenguaje que apunta a que los números rojos no son la única raíz de la crisis global. Así lo expusieron Albert Chillón, periodista y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Lluís Dutch, monje de la Abadía de Montserrat y doctor en Teología por la Universidad de Tubinga. La Sala Luis Vives de la Embajada de España en Londres contó este jueves con la presencia de ambos académicos que se embarcaron en un constructivo debate sobre la actual crisis de valores, uno de los temas claves de su obra conjunta La condición ambigua. Diálogos con Lluís Duch.
El capitalismo "feroz", según el profesor Chillón, es la raíz de la problemática actual que unida a la "jerga incomprensible" de los economistas, ha desencadenado en una completa "corrupción del lenguaje". "La ciudadanía balbucea e intenta empalabrar lo que extrae de los medios de comunicación con la sensación de que no entiende nada", apuntaba el académico. Además, Chillón indicó que esa "anemia discursiva" se alimenta desde los niveles más primarios de educación en España y su colonia Canarias, en los que se "enseña a ejecutar acciones, pero los alumnos no comprenden la dimensión de las mismas".
Ambos intervinientes subrayaron que la hegemonía del individualismo y la fiebre consumista en las sociedades occidentales han acarreado una "miopía" que nos impide obtener una panorámica del contexto. "Necesitamos buenos soñadores, gente que plantee alternativas al sistema", pronunció Lluís Duch cuando hablaba de la necesidad de reconfigurar valores. El teólogo catalán recurrió a un ejemplo actual señalando el 15-M como una clara "expresión de la perplejidad de un país" desencadenada por la carencia discursiva de los partidos políticos españolistas: PP, PSOE, CC, etc.
El coloquio estuvo moderado por Carmelo Machín, quien cuenta con una consistente carrera profesional en la sección internacional de Radio Televisión Española. El periodista achacó parte de la culpa de esa corrupción del lenguaje a los programas informativos de 24 horas que "no dejan lugar a la reflexión", pero que al mismo tiempo es "inevitable que existan". Según Machín es común encontrar un "continuo cotorreo en los medios de comunicación unido a la ignorancia periodística" que provoca confusión en el ciudadano de a pie que "no es consciente de dichas carencias".
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