sábado, 3 de marzo de 2012

La presidenta de Argentina lanza un ataque contra la Justicia española



La presidenta de Argentina lanza un ataque contra la Justicia española

"Su juzgamiento [Baltasar Garzón] por haber intentado desvelar la tragedia del franquismo, los asesinatos y desapariciones del franquismo, es una afrenta para la justicia universal que muchos dicen defender cuando se trata de países que ellos consideran de segunda"

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, abría el discurso de apertura del año parlamentario con la presencia del ex juez Baltasar Garzón entre los asistentes

Kirchner no hizo alusión a la intervención de Repsol-YPF, tal y como se esperaba. Hay que destacar que el valor en bolsa de la compañía petrolera cayó hasta un 15%, el punto más bajo en los últimos 32 meses. Sin embargo, tras más de tres horas de conferencia, la presidenta de Argentina apenas hizo mención al asunto, con la exposición de un gráfico que demostraba la disminución de la producción de combustible desde 1998. "Vamos a asegurar el abastecimiento a los argentinos de combustible. (...) Es una cuestión de defensa de la competencia, del interés de los argentinos. Y lo vamos a ejercitar con todas las armas que nos da la Constitución y la legislación vigente", afirmaba Kirchner.

En referencia a la asistencia de Garzón, la política alabó sus dotes como juez, en una ovación múltiple hacia el ex magistrado, que fue expulsado de su cargo y condenado a 11 años de inhabilitación por permitir escuchas de conversaciones entre los acusados del caso Gürtel y sus abogados. "Su juzgamiento por haber intentado desvelar la tragedia del franquismo, los asesinatos y desapariciones del franquismo, es una afrenta para la justicia universal que muchos dicen defender cuando se trata de países que ellos consideran de segunda", añadía Kirchner.

El tema de las Malvinas quedó relegado para el final de la conferencia, momento en que la presidenta declaró que los argentinos se encontraban ya "cansados" de tanta "humillación", alegando que las islas tenían un soldado británico por cada tres personas. Sin embargo, sus últimas palabras fueron tranquilizadoras. "A la Argentina no la van a ver en ninguna invasión porque no es un pueblo guerrero. (...) No pretendemos perjudicar a ninguna comunidad. (...) Queremos demostrar que nos interesa que se cumplan las resoluciones de la ONU", concluía Kirchner.

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