martes, 19 de junio de 2012

La Cuba de los años 50, desde los ritmos de solera y clásicos de la salsa


La Cuba de los años 50, desde los ritmos de solera y clásicos de la salsa como la rumba cubana, hasta el reggaeton y la timba. Una vuelta a los paseos en Chevrolet, a las partidas de dominó en las cantinas y al calor de la fiesta en la calle, ya que "having a party is having a rumba", explicaba el maestro de ceremonias de Havana Rumba!, durante la presentación del show ante la prensa el pasado jueves 7 de junio. Un espectáculo energético y jovial, reflejo de la diversidad de ambiciones cubanas, con el que recorrer durante más de una hora la historia musical y dancística de La Habana.      
                       
El espectáculo 'Havana Rumba! Cuban Salsa Party' forma parte de la programación del E4 Udderbelly Festival (Londres, Inglaterra) y estará presente en el Southbank Centre hasta el 8 de julio. Es un show creado por el director de teatro Toby Gough (Brazil Brasil y Salsa Lady) y está formado por un elenco de jóvenes bailarines que cuentan con el protagonismo de Eric Turro, ex bailarín de Buena Vista Social Club.  

Los acordes de un baby bajo, el piano, el tres, los bongos, la tumbadora, las trompetas y dos cantantes dan la bienvenida al local Bar-Buena Vista. Un stage que cuenta con la presencia, como telón de fondo, de la legendaria banda Sonora la Calle, y donde dos farolas y dos barriles rojos con la estrella blanca impresa -símbolo de unidad y libertad para los cubanos- recrean una imagen de tonalidad añeja.          

 'El huracán del caribe', como popularmente es conocido el bailarín Eric Turro - quién es coreógrafo y co-fundador de la compañía-, aparece enfundado en un traje rojo y acompañado de la bailarina Wendy Alvárez, y comienza a imprimir en movimientos la base dancística cubana, a ritmo de son cubano. Con su incomparable estilo personal, abre el telón del Bar -Buena Vista con sus tornillos, con el solo sustento de un pie y sin perder la conexión con su pareja de baile Wendy.

En la cotidianidad de una cantina, los seis bailarines comienzan a contar la historia cubana. Con el cercano carácter impetuoso y pasional cubano, las tres parejas de baile invitan a hacer un brindis a todos los asistentes del espectáculo que se encuentran en el interior de la vaca púrpura (símbolo de este prestigioso festival británico).

Del son cubano a la salsa llega el Guagancó, una de las formas de la rumba de aires afrocubanos, con el ritmo marcado por las tumbadoras y dos palillos que repiquetean sobre una caja de madera. En este momento los bailarines actúan al unísono y los apuestos chicos comienzan el cortejo. Las cubanas se resisten pero finalmente se dejan conquistar.

"La rumba tiene también un determinado estilo de baile para los hombres, donde se sucede una competición", anticipaba el narrador de Havana Rumba! al público. "Desde el barrio de Belén Papito; desde Jesús María Osvady y Fredy de Cayo hueso", son las presentaciones que dan pie a los solos de cada uno de ellos, empezando una lucha energética e imaginaria que se agradeció con los aplausos del público. En el caso de la mujer, la rumba es interpretada por 'La rumbera', con un traje de pequeña cola, es el turno de la sensualidad y el cortejo por parte de la mujer cubana.

"Que te importa que te ame, si tú no me quieres ya...". Esta letra de la canción Veinte años, habanera o bolero-son, es la calza que ayuda a encuadrar en Habana Rumba! momentos de serenidad y reflexión. Un ambiente que se rompe con el cha-cha-cha y con los estilo musicales escuchados en los casinos y cabarets de La Habana de los años 50, sitios para el "blanco, famoso y rico", como contaba el narrador, alejados de la gente de barrio que se reunía en los social clubs "donde tocar música, beber y bailar".

El contratiempo del son en los años de la clase y la elegancia, se refleja en las apariciones del estilo antiguo de Eric Turro. El bailarín principal entra en escena con una botella de ron, teniendo de pareja a Yuyu, Marilyn y Wendy, las tres chicas de la compañía.

En una continua fiesta donde priman las interacciones con el público, Havana Rumba! llega al final del espectáculo con el reggaeton cubano y ambiciones de libertad: "Rumba, nunca muere, está viva en cada uno de nosotros", decía el cronista del show. Y es que la rumba es la música del barrio, como sinónimo de la fuerza de liberación. 

No hay comentarios: