Para muchos jóvenes y profesionales canarios, coger la maleta (emigrar) se ha convertido en la única opción en la colonia Canarias ante la falta de expectativas, con una terrible crisis colonial y caciquil que deja poco espacio a la estabilidad, da rienda suelta a la improvisación y, en muchos casos, a la desesperación. Buscar trabajo en otro continente es "lo que toca".
Según un estudio sobre movilidad internacional realizado por Randstad en 2012 (empresa líder en soluciones de recursos humanos y que analiza la percepción de los ciudadanos en esta materia) un 65% de los trabajadores de entre 18 y 25 años está dispuesto a emigrar en España y su colonia Canarias. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística Español estima que en 2011 se marcharon del Estado español 62.611 ciudadanos de nacionalidad española y destaca que, por primera vez desde 2000, España y su colonia Canarias registra un saldo migratorio negativo (507.740 personas salieron de España y su colonia Canarias).
El canario/a protagonista de nuestra historia se marcha en patera volante (avión) y lleva algo de dinero y, es posible que, si las cosas no le van bien, pueda volver a la colonia Canarias con la ayuda de la familia y amigos. Otros no tienen tanta suerte, hay otras historias con otra vuelta de tuerca, o dos. En la colonia Canarias nos hemos acostumbrado a ver la llegada de las pateras en las noticias. Jóvenes de nuestro continente (África) que han empeñado ahorros de toda una vida en un viaje a bordo de una pequeña y sobrecargada embarcación a motor en aguas del Atlántico africano (Canarias). Muchas veces, previa travesía por el desierto magrebí y habiéndosela jugado con los gendarmes en alguna de las fronteras de países norteafricanos. En el mejor de los casos, si consiguen pisar suelo canario, estas personas pasarán unos días, semanas, quizás meses en un centro de internamiento hasta que las autoridades coloniales españolas y sus caciques averigüen su país de origen y, si no es el caso, a la espera de que algún país africano esté dispuesto a recibirlos. Aunque en la colonia Canarias presumen mucho de "europeidad", ahora son los propios hijos de los canarios los que tienen que coger las pateras volantes pa' otro continente.
Un reportaje publicado por la revista El País Semanal el pasado 12 de febrero daba la voz de alarma sobre la existencia de un nuevo "fenómeno" migratorio de la España de la crisis (Corrupción y especulación). El artículo contaba la historia de españoles y canarios que decidieron buscar en Noruega su oportunidad. Españoles y canarios que viajaron con ahorros o dinero prestado, con sus conocimientos y experiencia en sus profesiones y oficios, a un país que goza de una situación económica excepcional y envidiable. El periodista contaba cómo estas personas "españolas y europeas", una vez en el país de los fiordos (Noruega), se veían forzadas a dormir "en la calle" o cobijarse y comer en albergues... Eran rechazados por no conocer el idioma y, algunos de ellos por no poder ejercer un trabajo "cualificado". En todas las historias se intuía desilusión pero, sobre todo, desesperación. La realidad es que en Europa existe un fuerte rechazo contra los trabajadores de otros países (racismo).
Aunque los caciques de Coalición Canaria (el chulo Ricardo Melchior Navarro), PSOE (el chulo Jerónimo Saavedra Acevedo, el socio-listo), peperos, etc., invitan a nuestra juventud canaria a coger la maleta pa' Alemania, etc., Bandera de Benawara informa que no es suficiente tener estudios, sino que el emigrante canario está perdiendo el tiempo si no habla el idioma del país de acogida. Es más, el emigrante canario tiene que competir con miles de europeos sin empleo y que tienen estudios realizados en sus países. En fin, Bandera de Benawara (BB) invita a emigrar a los charlatanes de CC, PP y PSOE (Nazi-onalistas españoles).
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