martes, 11 de septiembre de 2012

El euro está viviendo un mal momento


Desde que estalló la crisis económica en 2008, Europa ha visto cambiar de gobierno a Reino Unido, Italia, Grecia y España entre otros, donde los votantes han castigado a sus gobernantes por una nula o mala gestión del principio de la debacle. Pero los tiempos que corren, con los "nuevos" gobernantes, tampoco son muy halagüeños.  

En el Estado colonial español la tasa oficial de paro continúa creciendo y roza ya el 25 por ciento (En Canarias supera el 30% para adultos y 60% para jóvenes) mientras se aprueba la última reforma financiera para dar luz verde desde Bruselas al rescate autorizado a principios de verano. En Italia, los tecnócratas luchan contra viento y marea para no pedir el susodicho rescate, mientras que Grecia le ruega a Alemania que afloje el cinturón y le de un poco de cuartelillo con los recortes, a la vez que los ahorradores desesperados acuden a los bancos a retirar su dinero; no vaya a ser que los euros que tienen en el banco se conviertan de la noche a la mañana en míseros dracmas, pesetas, etc.  

Mientras tanto, los países europeos que aparentan ver pasar la crisis de refilón, preparan planes de contingencia ante una posible ruptura de la unión monetaria. Y lo de refilón es un decir. Las exportaciones alemanas a los países europeos con serias dificultades económicas han sufrido una fuerte caída en los primeros seis meses de 2012 frente al mismo periodo del año pasado, según datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis). Por el contrario, el dato de la tasa de desempleo alemana aumentaba por quinto mes consecutivo en agosto y alcanzaba el 6,8%.    

Por su parte, el Reino Unido parece que sale airoso de la crisis porque aún controla su política monetaria (tiene su propia moneda: la libra esterlina) y piensa en un plan de contingencia para evitar flujos masivos de emigrantes hacia las islas británicas. Ya en julio, la prensa se hacía eco de unas declaraciones de la ministra del Interior británica, Theresa May, en una entrevista al diario The Telegraph, en las que declaraba que se estaba preparando un plan para frenar la inmigración proveniente de la Unión Europea en caso de que algunos países de la zona euro llegaran al colapso financiero.    

Sin embargo, cuando los políticos hablan de inmigración, manejan grandes números y pierden de vista a las personas. El ministro de Inmigración británico, Damian Green, afirmaba en una entrevista para la emisora de radio LBC que "gracias" al gobierno laborista, Reino Unido había absorbido 3.5 millones de inmigrantes entre los años 1997 y 2010. Añadía también que 370.000 de ellos están ahora cobrando subsidios del gobierno, un 6.5% del total de los subsidiados, y apuntaba a la falta de implantación de medidas migratorias por el gobierno anterior como la culpable de que muchos británicos simpaticen con partidos extremistas como el BNP (neo-nazis). Entre ellos, 20.000 extranjeros de fuera de la UE que en los próximos días recibirán una carta en la que se les pide que remitan una fotocopia de su permiso de residencia en 28 días. De momento, los primeros afectados, además de las personas recibiendo los conocidos subsidios, son los estudiantes y los matrimonios de conveniencia. Reino Unido dará poderes a las personas del registro de tal forma que, según Green, el funcionario podrá decir: "De hecho, no les voy a casar porque éste, bajo mi punto de vista, no es un matrimonio apropiado". Por otra parte, a la London Metropolitan University se le ha retirado el permiso para conceder visados a estudiantes fuera de la Unión Europea por irregularidades; lo que se traduce en que 2.500 estudiantes extranjeros disponen de 60 días para buscar un curso alternativo si quieren permanecer en Reino Unido ¿Quiénes serán los próximos?

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