miércoles, 21 de diciembre de 2011

El trasplante de excrementos se consolida como un "método alternativo y eficaz"



Aunque suene asqueroso y desagradable, cada vez son más los médicos que se unen a esta iniciativa que puede sanar ciertas enfermedades

En el Reino Unido, sólo el doctor Alisdair MacConnachie lleva a cabo esta operación, con la que trata la infección producida por la bacteria de Clostridium difficile. Esta infección se produce por culpa de los antibióticos que destruyen las bacterias del intestino, lo que otorga, a las C.difficile, espacio de sobra para que se reproduzcan y produzcan diarrea.

En el caso de que el paciente no responda a los métodos tradicionales con el suministro de más antibióticos, el trasplante de heces se consolida como un método alternativo y eficaz. Al añadir más bacterias al intestino, competirán con las C.difficile y mantendrán a raya la infección. De los más de 20 trasplantes de este tipo que ha realizado MacConnachie, sólo uno no se curó de la enfermedad.

El procedimiento consiste en mezclar 30 gramos de heces con agua salada y suministrárselas al paciente, sedado, a través de la nariz. Esto produce un gran rechazo tanto en pacientes como en médicos, "suena asqueroso y es asqueroso y creo que hay médicos a los que les disgusta el mero hecho de abordar el asunto con sus pacientes", afirma MacConnachie.

Sin embargo, el médico seguirá utilizando esta técnica, que ha salvado vidas, como en el caso de su primera paciente. "Ella me llamó seis horas después del trasplante fecal y me dijo que no sabía lo que le había hecho, pero que no se había sentido tan bien en seis meses y de hecho, nunca más tuvo infección de C.difficile", confirma orgulloso el especialista.

Excrementos, heces o materia fecal son el conjunto de los desperdicios generalmente sólidos o líquidos producto final del proceso de la digestión. Las heces son los restos de los alimentos no absorbidos por el aparato digestivo (como fibras y otros componentes que no son útiles para el ser en cuestión), y también células del epitelio intestinal que se descaman en el proceso de absorción de nutrientes, microorganismos, y otras sustancias que no logran atravesar el epitelio intestinal.

En los seres humanos, la primera vez que los bebés vacían su intestino expulsan unas deposiciones de color verde muy oscuro, llamadas moya, espesas y pegajosas que se denomina meconio. Éste se expulsa durante las primeras 24 horas de vida, gracias a la acción laxante del calostro (la sustancia que sale del pecho de la madre al iniciar la lactancia, antes de la leche propiamente dicha), lo que permite eliminar la bilirrubina y evitar la ictericia (el color amarillento de la piel). Los días siguientes las heces pasan a ser verdosas y, enseguida, amarillas.

En los análisis de materia fecal (el más común de ellos es el llamado coproparasitoscópico o parasitológico), indispensables para el diagnóstico de muchos padecimientos tanto gastrointestinales como de otros tipos, la interpretación de los resultados toma en cuenta, entre otros datos, la edad del paciente. Esto debido a que en los niños el excremento tiene color y solidez diferentes a los de la materia fecal adulta.

Otros puntos a tener en consideración son: unas heces grasas de color claro pueden indicar una alteración pancreática, y unas heces de color negro pueden sugerir un exceso de bilis. Unas heces de color amarillento indican que el paciente sufre una infección conocida como giardiasis, nombre derivado de un parásito microscópico llamado Giardia, que habita naturalmente en el organismo humano. Si el parásito produce una infección en el intestino (por alguna razón, su concentración en el intestino puede aumentar), esto desembocará en una grave diarrea de color amarillo. Esta infección puede contagiarse fácilmente al practicar relaciones sexuales a través del ano (sexo anal).

Otra causa del color amarillento de las heces puede ser el llamado síndrome de Gilbert. Esta enfermedad está condicionada por brotes de ictericia y de hiperbilirubinemia y ocurre cuando hay un exceso de bilirrubina en la sangre.

También puede ocurrir que las heces sean negras, debido a la presencia de sangre coagulada presente en el aparato digestivo, derivada de un sangrado anterior (principalmente debido a gastritis erosiva o úlcera gástrica o duodenal). Si las heces adquieren un color rojo, será necesario recibir atención profesional de inmediato.

En los niños que padecen ciertas enfermedades las heces pueden ser azules o verdes. Esto también ocurre, en ellos, al ingerir grandes cantidades de comida con colorantes alimentarios en exceso. El estreñimiento da lugar a heces duras, y en las personas con indigestión pueden ser acuosas y blandas.

A continuación se proporciona un listado de los principales análisis realizados a la materia fecal, con una breve descripción de cada uno:

es utilizado para obtener datos sobre los niveles de grasa que se encuentran en el organismo del paciente, es decir, si se están absorbiendo de manera correcta las vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Los valores normales son menos de 7 g de grasa acumulados en 24 horas.

Análisis parasitológico: se utiliza para detectar algún parásito en el tracto digestivo.

Análisis de sangre en heces (FOBT): el sangrado puede causarse por muchas razones, desde un sangrado de encías al cepillarse los dientes, hasta hemorroides u otra enfermedad. El sangrado le da una coloración oscura a las heces o un rojo brillante en caso de hemorroides. Este examen se utiliza también para detectar algún cáncer de colon o de recto.

Para hacer un cultivo de deposiciones humanas, con objeto de analizarlas para detectar enfermedades (patologías), es necesario colocar una muestra del material en un recipiente que contenga aditivos especiales, tales como el extracto de alga de MacConkey, que dificulta la proliferación de bacterias Gram positivas pero que permite la aparición de algunos organismos patógenos. Al dejar estos aditivos en contacto con la materia fecal durante un periodo determinado, crecerán colonias de bacterias de un tipo específico.

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