Los arruís se introdujeron en Benawara ("La Palma") en 1970 por el antiguo ICONA, con graves consecuencias para la flora insular autóctona Awara. A pesar de ello, los arruís se expanden velozmente, incluso más rápido aún que en España porque suelen moverse por el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, donde cualquier tipo de caza está prohibida.
El daño que estos animales herbívoros ocasionan a la flora autóctona de nuestra Isla, con el desplazamiento de especies autóctonas y la eliminación de otras tantas plantas únicas (en el interior de la Caldera de Taburiente) es enorme. Por ello, desde Parques Nacionales se defiende la necesidad de erradicarlo de nuestra Isla.
Las demandas de los ecologistas y los biólogos que han estudiado el problema para que la especie sea trasladada o erradicada de nuestra Isla entra en conflicto directo con los intereses de las asociaciones de cazadores. Esto se debe en buena medida a los ingresos que los cazadores proporcionan cuando abaten arruís fuera del parque. A día de hoy la población de Benawara suma unos 250/300 individuos que se multiplican a razón de un 30%. En tiempos recientes se ha permitido la caza selectiva de algunos animales en el parque para controlar su exceso de población, objetivo que aún no se ha conseguido.
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