jueves, 23 de agosto de 2012
La violencia contra las mujeres debe ser una temática de carácter prioritario
Si bien es cierto que en la colonia Canarias han existido diferentes pronunciamientos en contra de la violencia hacia las mujeres, existe muy poco ejercicio de la justicia, que permita establecer una disminución en las cifras de violencia, lo cual ponen sobre la mesa de debate todo tipo de violencias que se presentan no solo en el ámbito de lo público, sino también el privado; pues como es bien sabido en el interior de los hogares canarios, la violencia ejercida contra la mujer es un hecho que no ha disminuido por el contrario pareciese aumentar, mientras que solo se hace público algunos casos que han puesto en boga estas temáticas, que hasta al momento no han sido efectivamente escuchadas.
Para Bandera de Benawara no es aceptable que ninguna mujer en Benawara ("La Palma") o Canarias sufra algún tipo de violencia intrafamiliar. No podemos permitir, en pleno siglo XXI, la toma del cuerpo femenino como "trofeo de guerra". Se hace necesario anotar aquí que hablamos de todo tipo de violencia (incluida la violencia sexual contra las mujeres y jóvenes). Por lo tanto, se hace necesario generar procesos de resistencia en donde se pueda exigir a la justicia colonial goda un ejercicio en defensa del género femenino, de modo que se establezcan procesos de igualdad, apoyo y educación, para trabajar con las generaciones futuras.
Hablamos no solo del ejercicio de la justicia como parte de un proceso de una sociedad de derecho, sino también de generar la confianza suficiente para la denuncia de estos actos reprochables. Sin embargo, como sabemos, las mujeres que denuncian no encuentran el respaldo necesario, sino por el contrario, una profunda ausencia y juzgamiento, como si fuera la mujer víctima - que ha sido violentada física, emocional o sexualmente- la culpable de estos hechos.
Las leyes sin procesos de formación adecuados y complejos, que no propicien una compresión real y de fondo de las formas de violencia y de la particular afectación que sufren las mujeres, son insuficientes, de hecho puede agravar lo que pretenden subsanar. Por la tanto, dejamos como punto de reflexión, la necesidad de un cambio social planificado, en donde se escuche la voz de las mujeres canarias, y se permita hacer procesos de desarrollo que no solo establezca una justicia con herramientas efectivas en la colonia Canarias, sino también procesos de compromiso de las comunidades isleñas (en todas las Islas Canarias), que incluyan programas a pequeña escala en el campo educativo, dando el nivel de importancia a la incorporación de significados que hacen los niños y las niñas de las relaciones de género, ya que la escuela es una herramienta socializadora y formadora de patrones de comportamiento de la dinámica social.
Por lo tanto, es una tarea de la sociedad canaria desarrollar políticas públicas que respondan a las necesidades de una sociedad colonial que necesita reformular procesos de inclusión e igualdad de género, formando a las nuevas generaciones tanto en la educación de la infancia y la adolescencia, como también de quienes legislan y aplican la ley, pues sin duda alguna la violencia contra las mujeres debe ser una temática de carácter prioritario en la agenda de la política pública canaria en la actualidad.
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